¿Alguna vez has estado buceando y de repente una hermosa tortuga marina se desliza sin esfuerzo sobre el arrecife frente a ti? Cierras los ojos, él te inclina descaradamente su caparazón, mostrando sus impresionantes patrones, y con unos cuantos movimientos de sus aletas, sale de allí. Y te quedas pensando… amigo, ¿qué estaba pasando por su cabeza?
Probablemente no mucho... ¡Pero podría estar sucediendo mucho más allá arriba de lo que creemos!
¿Inteligente o musculoso?
Las tortugas marinas tienen un cerebro sorprendentemente pequeño en relación con el gran tamaño de su cuerpo, y algunos científicos creen que la proporción cerebro-cuerpo podría correlacionarse con la inteligencia. Entonces, las tortugas marinas no son exactamente cerebritos. Pero aunque no tengan mucho que hacer entre las orejas, aun así se las arreglan para hacer algunas cosas bastante sorprendentes que dejan a los científicos rascándose la cabeza. (Espera, ¿las tortugas marinas tienen orejas?)
Cuerpos gigantes, cerebros diminutos: modo supervivencia
Cuando las tortugas marinas nacen, su proporción cerebro-cuerpo es relativamente alta porque son pequeñas (y muuuy adorables, ¿no?). Esta proporción más alta puede ayudarlos a manejar los desafíos mentales de sus primeros años de vida. ¡Y esos primeros años son increíblemente duros! Sólo alrededor del 0,1% de las crías llegan a la edad adulta, enfrentándose a amenazas como depredadores, deshidratación y enredos, por nombrar algunas...
A medida que crecen, sus cuerpos se hacen más grandes, pero su cerebro no crece al mismo ritmo. ¡Confían más en sus caparazones duros para protegerse y menos en sus cerebros!
¿Orejas o no?
De hecho, las tortugas marinas tienen orejas pequeñas y, aunque no son visibles en el exterior de la cabeza, les ayudan a captar las vibraciones del agua. Sus orejas están cubiertas por una capa protectora llamada tímpano y debajo hay una capa de grasa. Los científicos creen que esta grasa podría ayudar a canalizar sonidos de baja frecuencia, de forma similar a como funciona en las ballenas dentadas. Un estudio encontró que tanto las crías como las tortugas bobas juveniles pueden escuchar y responder a sonidos de baja frecuencia, lo que sugiere que podrían estar sintonizadas con estos sonidos al igual que algunas ballenas. ¡Se necesita más investigación para descubrir exactamente qué escuchan las tortugas marinas!
Poder pineal
Las tortugas marinas dependen en gran medida del instinto durante la mayor parte de su vida adulta y utilizan varios órganos y glándulas para navegar en su mundo. Justo enfrente de su cerebro hay una glándula pineal, que se cree que ayuda a algunas especies de tortugas marinas en su migración. Esta glándula, situada debajo de una zona más delgada del cráneo, puede detectar la luz, de forma muy parecida a como lo hace en otros animales. En los mamíferos, la glándula pineal regula los ritmos circadianos, pero en las tortugas marinas, puede medir los niveles de luz ambiental y señalar cuándo es el momento de dirigirse a las zonas de migración o alimentación.
Negocio salado
A cada lado de su cerebro están las dos glándulas salinas de la tortuga, que son mucho más grandes que el cerebro mismo. Estas glándulas son esenciales para controlar la sal en sus cuerpos. Dado que las tortugas marinas pasan casi todo su tiempo en el océano y no pueden depender únicamente de sus riñones para manejar el exceso de sal, estas glándulas trabajan constantemente para expulsarla. Si las glándulas se obstruyen o dejan de funcionar, puede provocar problemas de salud graves o incluso ser mortal. Entonces, en muchos sentidos, ¡estas glándulas son incluso más importantes que el cerebro!
¿Solo o social?
Las tortugas marinas son en su mayoría jugadores solitarios. No pasan mucho tiempo juntos excepto durante el cortejo y el apareamiento. Las tortugas golfinas son la excepción y se reúnen en grandes grupos cuando llega la época de anidación. Incluso cuando se reúnen en grandes cantidades para alimentarse o migrar, no socializan mucho. Dado que crear vínculos sociales suele ser un signo de inteligencia, ¡puedes sacar tus propias conclusiones!
Inteligentes a su manera
Para su gran final, las tortugas marinas hacen alarde de un sentido magnético que aún desconcierta a los científicos. Pueden captar el campo magnético de la Tierra y utilizarlo para encontrar su camino. ¿Qué tan impresionante es eso? A medida que maduran, las tortugas marinas hembras refinan este sentido para detectar puntos de referencia magnéticos y cambios sutiles en el campo, lo que les permite navegar de regreso a sus lugares de anidación año tras año, incluso con cambios en el campo magnético. Para encontrar su playa natal, también utilizan una mezcla de olores, sonidos de baja frecuencia, señales celestiales y otras características únicas. Si bien sabemos que están sintonizados con estas señales magnéticas, la forma exacta de hacerlo sigue siendo un misterio.
La dificultad para estudiar las tortugas marinas en mar abierto significa que todavía hay mucho que no sabemos sobre su comportamiento. A pesar de esto, décadas de investigación y observaciones en el mar han proporcionado información valiosa sobre sus actividades diarias, incluidos los comportamientos de cortejo, apareamiento y anidación.
Entonces, ¿son inteligentes las tortugas marinas?
Bueno, la inteligencia es un término relativo, ¿no? Si bien es posible que no compitan por el título del animal más inteligente del mundo, las tortugas marinas son impresionantes por derecho propio. Navegan por vastos océanos, regresan a sus lugares de anidación con una precisión asombrosa y utilizan una variedad de sentidos para sobrevivir y prosperar. Así que sí, ¡son inteligentes a su manera!
La próxima vez que veas una tortuga marina, reconoce sus increíbles habilidades y recuerda que estás mirando una criatura cuyos antepasados han existido desde la época de los dinosaurios.
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